jueves, 4 de diciembre de 2008

La envidia, vicio nacional

Yo siempre lo había pensado pero un amigo papá que es parlamentario en Argentina nos lo confirmó el otro día: España es un país de envidiosos.

No faltan quienes se toman la molestia de dejar aquí sus comentarios ofensivos a propósito del mobiliario que tenemos en casa, difamando la profesión de Notario, que tampoco está tan bien remunerada para la responsabilidad que conlleva, o sobre cualquier otra cosa. ¿Qué es eso? Envidia, simplemente envidia. Si gracias a una vida de privaciones papá se ha podido retirar con una buena jubilación y ahora se puede permitir algún capricho ¿es eso criticable?. En lugar de perder el tiempo escribiendo tonterías, trabajen más y ganarán dinero, que trabajo no falta para quien quiere hacerlo.

Yo no soy envidioso. Hoy mismo he pasado por el concesionario Ferrari en Urgel y me he quedado un rato mirando el escaparate. No se si me gusta más el rojo de toda la vida o el negro. Claro que el Ferrari es un coche bastante caro que no me podré permitir hasta que apruebe las opos a notaría, ¡pero yo no se lo envidio a nadie!

Háganme caso y no dejen que los pensamientos negativos se apoderen de su pensamiento. Y si no les gusta lo que pongo, no miren.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Un amigo mio visitó a un cliente i se encontró con un precioso ferrari de color gris en el garaje. Mi amigo le preguntó por que no era Rojo a lo que el cliente contestó: -Bueno, rojo es el primero que te compras, pero luego los siguentes vas cambiando...

Inés Toledo dijo...

Señor opositor, me atrevo a escribirle a propósito de su comentario en mi blog.

Sus intenciones me halagan y son loables y notables... pero de matrimonio aquí nadie ha dicho hada.

Me permito aconsejarle que me trate de "señora Toledo", o de "Inés". La mujer que, a mi edad, prefiera ser tratada de "señorita", es un poquito idiotita. Esté o no casadita.

Me encantan los ramos de rosas de colores. Salmón, amarillas, rosas, rojas y blancas (para añadir las blancas hay que tener buena mano).

A ver cuándo puedo envolver con mis brazos uno de esos ramos, que son los que envuelvo cuando voy a casarme, si me encuentra el novio en el jardín en que me haya metido. Los demás que me encuentren tendrán mi gratitud y mi amistad si no la pierden.

¿La perderá usted, opositor, si mamá le hace notar que soy una roja envidiosa, altiva, desclasada, rencorosa, sin dinero y tatuada? Seguro que no.

Me encantan los Ferraris. Rojos. Mejor el F40 que los siguientes. Tiene usted buen gusto, venga a buscarme en esa máquina, volveré en ella, y tendré una contradicción moral a la que dar vueltas.

Ahora no estoy perdida. Sólo algo confusa, buscando rosas.

Pero gracias de nuevo y un beso rojo Ferrari en la mejilla.

Sintagma in Blue dijo...

¿El concesionario de Urgel? ¿Eras tú el que vi el otro día allí?

nomesploraria dijo...

Todo cierto. Pura envidia.
Mi primer Ferrari también era rojo.

El opositor enmascarado dijo...

"roja envidiosa, altiva, desclasada, rencorosa, sin dinero y tatuada" son defectos graves, no quiero engañarla, pero si hay propósito de enmienda todo puede resolverse.

jarta dijo...

Estimado opositor:
No sé como decírselo, pero ahí voy, a lo directo: me olvidé de devolverle la visita que hizo usted a mi blog. No es que no me importe, ni mucho menos. Espero que no me lo tenga en cuenta.
En cuanto a la muchachita que le ronda, la que no es señorita, ni caso (dice que es roja, pero en realidad lo que es es una envidiosa, como buena española, y quiere cazarle a usted. Guárdese y siga estudiando).
Un saludo

Inés Toledo dijo...

Antídoto, eres una lagarta.
Que traigan barro.

Anónimo dijo...

Opositor, todo esto es un complot.

Quieren montar una pelea en el barro para grabarle a usted jaleando enfervorecido a las contendientes y mandarle ese deshonroso video a su familia, o, aún peor, esperar el momento y arruirnarle su brillante carrera.

Búsquese una buena chica que no ande por internet.

Anónimo dijo...

¡Vírgendelamorhermoso!
Doña Inés (la puedo llamar doña, ¿no?, supongo que tendrá usted estudios superiores), en el barro no, que me va a quedar la mantilla hecha un pringue. Yo no soy una lagarta; si lo fuera, saldría fotografiada en el blog del señor Frikosal, y no salgo. Soy una buena chica, de más buena familia todavía, y tengo muuuuuchos amigos opositores que me acompañan a misa diaria, y que saldrán, seguro, en mi defensa.
Roja, más que roja.

Anónimo dijo...

Harpías todas.